Inflamación: Carbohidratos y Cuidados Quiroprácticos

La inflamación contribuye a muchas enfermedades crónicas comunes, como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, la artritis y varios cánceres [1, 2, 3]. Además de estar implicada en el desarrollo de diversas enfermedades, la inflamación también conduce a un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas durante la vejez [2]. En consecuencia, el manejo de la inflamación es de suma importancia para los proveedores de atención médica. Este artículo discutirá dos tratamientos que pueden reducir la inflamación crónica: consumo alterado de carbohidratos y atención quiropráctica. 

El consumo de carbohidratos se puede medir mediante dos marcadores. El índice glucémico (IG) cuantifica la propensión de la ingesta de carbohidratos de un individuo a aumentar el nivel de glucosa en sangre. [1] La carga glucémica (GL) es el producto de la ingesta total de carbohidratos y el IG dietético de un individuo [1]. El consumo constante de alimentos con un IG alto a menudo conduce a una inflamación aguda y crónica [2]. Además, varios estudios documentan la correlación positiva entre las medidas dietéticas de GI / GL y los niveles de proteína C reactiva de alta sensibilidad (hsCRP), un marcador de inflamación [2]. Por lo tanto, una forma de reducir la inflamación es evitar los alimentos con un IG / GL alto, como los cereales para el desayuno, las patatas y las golosinas [4]. 

Otra forma de reducir la inflamación es consumir menos carbohidratos refinados [2, 3]. Los carbohidratos refinados no solo promueven la inflamación posprandial, sino que también activan las vías de adicción neuronal, reducen el gasto de energía y contribuyen al aumento de peso [3]. Las personas deben reemplazar los carbohidratos refinados con alimentos integrales. Los alimentos integrales son ricos en compuestos bioactivos que combaten la inflamación mediante la activación de enzimas antioxidantes y la eliminación de radicales libres [2]. Mientras que las dietas con IG / GL bajo se asocian con beneficios antiinflamatorios de manera mucho más consistente, las dietas integrales todavía están fuertemente ligadas a la reducción de la inflamación [2]. 

La atención quiropráctica también puede reducir la inflamación. Los quiroprácticos pueden aconsejar a sus clientes que realicen cambios en la dieta de acuerdo con las recomendaciones anteriores, pero también pueden reducir la inflamación realizando manipulaciones específicas de la columna [5]. Cuando algunos experimentos comenzaron a informar cómo los tratamientos quiroprácticos reducían los efectos dolorosos de la inflamación, la conexión entre los dos se hizo evidente. Uno de esos estudios, realizado por Song et al. en 2006, midió el impacto de la terapia de manipulación espinal asistida por activador (ASMT) en ratas que padecían inflamación aguda del foramen intervertebral. Cuando se aplicó ASMT en las apófisis espinosas L5 y / o L6, las ratas experimentaron una hiperalgesia térmica y mecánica más corta y menos severa [6]. 

Varios experimentos indican que los tratamientos quiroprácticos pueden reducir directamente la inflamación. Un estudio ciego que consistió en 21 pacientes buscó comparar el efecto de las manipulaciones espinales quiroprácticas sobre dos marcadores de inflamación: PCR e interleucina-6 (IL-6) [5]. Dos semanas después de recibir nueve manipulaciones espinales, los pacientes exhibieron procesos inflamatorios significativamente revertidos en comparación con el grupo de control [5]. Un experimento más amplio documentó cómo una sola sesión de terapia de manipulación espinal redujo los niveles de los sujetos de dos citocinas inflamatorias, el factor de necrosis tumoral α y la interleucina 1β [7]. En ambos casos, las manipulaciones espinales quiroprácticas demostraron ser un tratamiento prometedor contra la inflamación. 

A pesar de las complejas y confusas interacciones moleculares asociadas con la inflamación, los investigadores han identificado ciertos ajustes dietéticos y quiroprácticos que pueden reducir con éxito la inflamación de bajo grado. 

Referencias 

[1] L. Galland, «Diet and Inflammation,» Nutrition in Clinical Practice, vol. 25, no. 6, p. 634-640, Dec 2010. [Online]. Available: https://doi.org/10.1177/0884533610385703.  

[2] A. E. Buyken et al., «Association between carbohydrate quality and inflammatory markers: systematic review of observational and interventional studies,» American Journal of Clinical Nutrition, vol. 99, no. 4, p. 813-833, Apr 2014. [Online]. Available: https://doi.org/10.3945/ajcn.113.074252.  

[3] D. Seaman, «Weight gain as a consequence of living a modern lifestyle: a discussion of barriers to effective weight control and how to overcome them,» Journal of Chiropractic Humanities, vol. 20, no. 1, p. 27-35, December 2013. [Online]. Available: https://doi.org/10.1016/j.echu.2013.08.001.  

[4] L. Richards, «What are high and low glycemic index foods?,» Medical News Today, Updated February 7, 2021. [Online]. Available: https://www.medicalnewstoday.com/articles/high-glycemic-index-foods.  

[5] R. A. Roy, J. P. Boucher, and A. S. Comtois, «Inflammatory response following a short-term course of chiropractic treatment in subjects with and without chronic back pain,» Journal of Chiropractic Medicine, vol. 9, no. 3, p. 107-114, September 2010. [Online]. Available: https://doi.org/10.1016/j.jcm.2010.06.002.  

[6] X. J. Song et al., «Spinal Manipulation Reduces Pain and Hyperalgesia After Lumbar Intervertebral Foramen Inflammation in the Rat,» Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, vol. 29, no. 1, p. 5-13, January 2006. [Online]. Available: https://doi.org/10.1016/j.jmpt.2005.10.001.  

[7] J. A. Teodorczyk-Injeyan, J. S. Injeyan, and R. Ruegg, «Spinal Manipulative Therapy Reduces Inflammatory Cytokines but Not Substance P Production in Normal Subjects,» International Conference on Chiropractic Research, vol. 29, no. 1, p. 14-21, January 2006. [Online]. Available: https://doi.org/10.1016/j.jmpt.2005.10.002.