Compresión Nerviosa: Síntomas y Tratamiento

La compresión nerviosa, o atrapamiento nervioso, “es una afección causada por la presión directa sobre un nervio” [5], que a menudo ocurre en las muñecas, los codos, los pies o la columna vertebral. Los síntomas pueden incluir “dolor, debilidad o parestesia (“hormigueo”) [5], que van de leves a severos, y pueden aparecer repentina o gradualmente [7]. Los pacientes que sufren de compresión nerviosa también pueden experimentar una sensación de dolor sordo que irradia desde el origen del nervio comprimido, mientras que otros pueden experimentar entumecimiento [1,3,7]. Para los pacientes que presentan estos síntomas, especialmente en «ausencia de una lesión ósea, de tejido blando o vascular conocida», los investigadores han sugerido que se consideren los síndromes de atrapamiento nervioso [5]. 

Los síndromes de atrapamiento nervioso tienden a afectar a aquellos cuyas ocupaciones implican movimientos repetitivos o el levantamiento de objetos pesados, como atletas, oficinistas y músicos [1]. Los síndromes comunes de atrapamiento de nervios incluyen síndrome del túnel carpiano, atrapamiento del nervio radial, atrapamiento cubital y compresión de la médula espinal. 

El síndrome del túnel carpiano se produce por compresión del nervio mediano en la muñeca [1]. Los pacientes afectados refieren entumecimiento, hormigueo y dolor en la mano, que a menudo empeora por la noche o después del uso de la mano [1]. De manera similar, los pacientes con atrapamiento del nervio cubital o atrapamiento del nervio radial, como resultado de la compresión de los nervios cubital y radial, respectivamente, generalmente describen entumecimiento o dolor a lo largo de los antebrazos, las manos y los dedos [1,3,5]. Los síntomas de la compresión del nervio espinal, causada por la presión sobre la médula espinal, generalmente como resultado del desgaste general o de la osteoporosis, pueden consistir en dolor y rigidez en la espalda o el cuello; “Entumecimiento, calambres o debilidad en los brazos, manos o piernas; dolor intenso que se extiende a los brazos, las nalgas o las piernas (ciática); y pérdida de sensibilidad en los pies” [7]. 

Los métodos quirúrgicos para el tratamiento de las compresiones nerviosas, como las descompresiones [2, 4, 6] y la sección de ligamentos [1], han mostrado altas tasas de éxito y, como recomiendan Jacobsen et al., “Deben considerarse en pacientes con dolor persistente y fuentes identificables de atrapamiento” [4]. Sin embargo, aunque los tratamientos quirúrgicos para la compresión nerviosa suelen producir resultados positivos, algunos expertos lo consideran un último recurso, ya que los tratamientos no quirúrgicos han demostrado ser eficaces en muchas situaciones [4,7]. 

Los tratamientos no quirúrgicos para controlar la compresión nerviosa pueden incluir férulas, intervenciones farmacológicas (AINE), terapia con ultrasonido, inyecciones de esteroides, fisioterapia y reposo [1]. Un estudio sobre neuropatías por atrapamiento en las extremidades superiores recomienda reposo, férulas y antiinflamatorios, específicamente para pacientes con síndrome del túnel carpiano que experimentan “brotes agudos y aquellos con síntomas mínimos o intermitentes” [1]. Otro estudio, que cita investigaciones sobre la eficacia de la ferulización cuando se combina con inyecciones locales de esteroides, informa que «el 22 por ciento [de los pacientes] no presentaba síntomas al final de un ensayo de un año». 

También se han utilizado técnicas quiroprácticas para ayudar a controlar la compresión nerviosa. Un estudio de 2008 observó a un paciente con síndrome del túnel carpiano que, al recibir terapia de manipulación quiropráctica en combinación con otras técnicas durante un período de nueve meses, pudo “volver a las actividades ocupacionales y sociales” [6]. La investigación realizada por Jefferson-Falardeau et al., Centrada en el manejo quiropráctico de un paciente con síndrome de atrapamiento del nervio radial, encontró que el paciente se benefició del manejo quiropráctico utilizando técnicas estándar de quiropráctica, kinesiología aplicada y movilización neural” [5]. Asimismo, el estudio realizado por Illes et al. concluyó que “el tratamiento quiropráctico que consiste en manipulación, movilizaciones de tejidos blandos, ejercicio y educación sobre la ergonomía de la estación de trabajo pareció reducir los síntomas de compresión del nervio cubital” [3]. También se ha dicho que las técnicas quiroprácticas ayudan a tratar la compresión de la médula espinal. 

Los tratamientos para controlar la compresión nerviosa se pueden recetar individualmente. Sin embargo, la investigación sugiere que un enfoque terapéutico multimodal puede mejorar los resultados [6]. 

Referencias

1. Dawson, D. M. (1993). Entrapment Neuropathies of the Upper Extremities. New England Journal of Medicine329, 2013–2018. DOI: 10.1056/NEJM199312303292707 

2. Dhinsa, B. S., Hussain, L., et al. (2018). The Management of Dorsal Peroneal Nerve Compression in the Midfoot. The Foot35, 1–4. DOI: 10.1016/j.foot.2017.12.005 

3. Illes, J. D., & Johnson, T. L. Chiropractic Management of a Patient with Ulnar Nerve Compression Symptoms: A Case Report. Journal of Chiropractic Medicine12(2), 66–73. DOI: 10.1016/j.jcm.2013.03.002 

4. Jacobson, L., Dengler, J., et al. (2020). Nerve Entrapments. Clinics in Plastic Surgery47(2), 267–278. DOI: 10.1016/j.cps.2019.12.006 

5. Jefferson-Falardeau, J., & Houle, S. Chiropractic Management of a Patient with Radial Nerve Entrapment Symptoms: A Case Study. Journal of Chiropractic Medicine18(4), 327–334. DOI: 10.1016/j.jcm.2019.07.003 

6. McHardy, A., Hoskins, W., et al. (2008). Chiropractic Treatment of Upper Extremity Conditions: A Systematic Review. Journal of Manipulative & Physiological Therapeutics31(2), 146–159. DOI: 10.1016/j.jmpt.2007.12.004 

7. Spinal Cord Compressions. Johns Hopkins Medicine. Retrieved on January 25, 2021 from https://www.hopkinsmedicine.org/health/conditions-and-diseases/spinal-cord-compression