A medida que el trabajo, la escuela y gran parte de la vida diaria se vuelven cada vez más dependientes de las computadoras, crece la preocupación sobre el efecto del uso de pantallas en el sueño y el funcionamiento del cerebro en la comunidad científica. Algunos estudios indican que la exposición a la luz durante la noche, especialmente la luz azul, puede estar relacionada con condiciones de salud crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.1–3 En un estudio de Harvard, los investigadores cambiaron los horarios de sueño de los participantes para alterar su ritmos circadianos y notaron que sus niveles de azúcar en la sangre aumentaron mientras que sus niveles de leptina, una hormona que regula la sensación de saciedad, disminuyeron4. Comportamiento y mala higiene del sueño, los cuales han demostrado ser perjudiciales para la salud humana.
La luz juega un papel integral en las respuestas circadianas humanas, regulando el sueño y el estado de alerta al suprimir la liberación de la «hormona del sueño», la melatonina. Hace unos 20 años, los científicos descubrieron que el ojo humano contiene no solo fotorreceptores visuales para detectar cambios en el color y la luz, sino también células ganglionares de la retina fotosensibles que desencadenan respuestas circadianas.3 Estas células son particularmente sensibles a la luz azul, probablemente porque estas longitudes de onda de luz (415-455 nm) también se encuentran en el cielo. Durante el día, la exposición a la luz azul se asocia con una mayor atención, estado de ánimo y tiempos de reacción, pero por la noche suprime la melatonina y cambia los ritmos circadianos más que cualquier otro color de luz.4
La luz azul concentrada también puede tener un efecto directo sobre la retina del ojo, causando lesiones fotoquímicas. La luz azul contiene más energía que la mayoría de los otros colores, y la exposición a largo plazo puede causar fatiga visual y miopía.5 Una mayor exposición a la luz solar, que se compone principalmente de luz azul, es un factor de riesgo para la formación de cataratas.
Un estudio publicado en 2020 encontró que un tercio de los participantes del estudio usaba un dispositivo emisor de luz azul de 9 a 11 horas por día y otro 16 % usaba los dispositivos de 12 a 14 horas por día.6 A pesar de la investigación no concluyente sobre los vínculos entre la luz azul y condiciones físicas, pasar más tiempo frente a una pantalla se asocia con depresión moderada a severa.7 Las implicaciones de esta investigación son especialmente preocupantes para los niños y adolescentes, que son más susceptibles a las fluctuaciones en los ritmos circadianos y los efectos negativos de la luz en el funcionamiento cerebral y el rendimiento académico.
Existen varios métodos para mejorar o disminuir los efectos de la luz azul, pero la mejor solución es reducir el tiempo de pantalla por la noche. Los científicos sugieren usar luces rojas tenues para las luces nocturnas, ya que es menos probable que las longitudes de onda rojas alteren los ritmos circadianos y supriman la producción de melatonina. Para computadoras y teléfonos, existen aplicaciones gratuitas que filtran las luces azules y verdes por la noche, incluidas f.lux y Twilight. Los anteojos para luz azul también pueden ser útiles: un estudio de la Universidad de Toronto descubrió que los participantes que usaban anteojos para luz azul cuando se exponían a la luz brillante tenían niveles de melatonina similares a los de los participantes en ambientes oscuros por la noche.3 Muchas luces LED, aunque son más respetuosas con el medio ambiente que sus contrapartes incandescentes, emiten más luz azul que las bombillas tradicionales que emiten mucho más calor que luz. Como las luces LED son relativamente nuevas, no existen estudios a largo plazo sobre los efectos de los LED a lo largo de la vida humana. Para reducir la emisión de luz azul, existen películas y cubiertas para bombillas LED que pueden calentarlas. Finalmente, pasar tiempo al aire libre durante el día puede restaurar los ritmos circadianos naturales y reducir los patrones de sueño inusuales. La luz azul puede ser necesaria para gran parte de la vida diaria, pero es posible reducir los posibles efectos secundarios de la luz azul y puede ser útil limitar el uso de pantallas fuera del trabajo y la escuela.
Referencias
1. Cho Y, Ryu SH, Lee BR, Kim KH, Lee E, Choi J. Effects of artificial light at night on human health: A literature review of observational and experimental studies applied to exposure assessment. Chronobiology International. 2015;32(9):1294-1310. doi:10.3109/07420528.2015.1073158
2. Opperhuizen AL, Stenvers DJ, Jansen RD, Foppen E, Fliers E, Kalsbeek A. Light at night acutely impairs glucose tolerance in a time-, intensity- and wavelength-dependent manner in rats. Diabetologia. 2017;60(7):1333-1343. doi:10.1007/s00125-017-4262-y
3. Fleming A. The truth about blue light: does it really cause insomnia and increased risk of cancer?https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2018/may/28/blue-light-led-screens-cancer-insomnia-health-issues. Published May 28, 2018.
4. Harvard Health Publishing. Blue light has a dark side: What is blue light? The effect blue light has on your sleep and more. Harvard Medical School. https://www.health.harvard.edu/staying-healthy/blue-light-has-a-dark-side. Published July 7, 2020.
5. Li H, Zhang M, Wang D, et al. Blue Light from Cell Phones Can Cause Chronic Retinal Light Injury: The Evidence from a Clinical Observational Study and a SD Rat Model. Koike C, ed. BioMed Research International. 2021;2021:1-13. doi:10.1155/2021/3236892
6. Bahkir F, Grandee S. Impact of the COVID-19 lockdown on digital device-related ocular health. Indian J Ophthalmol. 2020;68(11):2378. doi:10.4103/ijo.IJO_2306_20
7. Madhav KC, Sherchand SP, Sherchan S. Association between screen time and depression among US adults. Preventive Medicine Reports. 2017;8:67-71. doi:10.1016/j.pmedr.2017.08.005