La Diatermia como Suplemento para el Cuidado Quiropráctico

Más de la mitad de todos los adultos experimentarán dolor de espalda a lo largo de su vida [1,3], lo que estimulará el desarrollo y la implementación de diversas técnicas en la atención quiropráctica. Estos pueden incluir “intervenciones farmacológicas, ejercicio físico y modalidades que incluyen electroterapia, terapia de frío y calor” [3]. Si bien cada una de estas técnicas puede prescribirse por sí sola [2], algunas investigaciones sugieren que hay una mayor eficacia cuando la terapia involucrada es multidisciplinaria [6]. Un suplemento popular para el cuidado quiropráctico es la diatermia, “un tratamiento terapéutico que se prescribe más comúnmente para afecciones musculares y articulares, [y que] utiliza una corriente eléctrica de alta frecuencia para estimular la generación de calor dentro de los tejidos corporales” [4]. Se cree que el calor generado por la diatermia ayuda a aumentar el flujo sanguíneo, mitigar el dolor, mejorar la flexibilidad y acelerar el proceso de curación del tejido dañado [1, 4, 6]. 

Los tres tipos principales de diatermia son onda corta, microondas y ultrasonido [4]. La diatermia de onda corta produce calor a través de energía electromagnética, ya sea pulsada o continuamente [4]. Se dice que, para ayudar a reducir la inflamación, la diatermia de onda corta se usa típicamente en pacientes que experimentan dolor o espasmos musculares causados ​​por condiciones tales como cálculos renales, osteoartritis, esguinces y distensiones [4, 5]. La diatermia por microondas, sin embargo, usa ondas electromagnéticas en el rango de las microondas para generar calor. Sin embargo, debido a que no penetra tan profundamente como la diatermia de onda corta, a menudo se aplica en áreas más superficiales del cuerpo, ya que calienta el tejido de manera uniforme sin calentar la piel [2,4]. Por el contrario, la diatermia por ultrasonidos se usa más para el tejido profundo, ya que genera calor a través de ondas sonoras, que hacen vibrar el tejido y, a su vez, promueven el flujo sanguíneo al área objetivo [4]. Puede prescribirse a pacientes que presenten esguinces musculoesqueléticos, contracturas o adherencias articulares y espasmos musculares [4]. 

“Para la diatermia por ultrasonido”, como se describe en un artículo de Healthline, “el terapeuta aplica un gel en el área afectada de su cuerpo, [luego] mueve una varita continuamente sobre el área afectada” [6]. La diatermia de onda corta y de microondas, por otro lado, no requiere gel, sino que generalmente se administra a través de electrodos colocados sobre el área afectada [6]. A veces se coloca una toalla entre los electrodos y la piel para evitar el contacto directo [6]. 

En un estudio que examinó la eficacia del tratamiento con diatermia en pacientes con dolor lumbar crónico (CLBP), Durmas et al. encontraron que la diatermia por microondas combinada con ejercicio físico era beneficiosa. Sin embargo, determinaron que no era superior al ejercicio solo [3]. La investigación realizada por Ahmed et al., Destacó varios estudios que mostraron mejoras significativas en pacientes que recibieron tratamiento con diatermia de onda corta para CLBP y dolor de cuello, concluyendo que “la diatermia de onda corta es una modalidad efectiva en el tratamiento de los pacientes con dolor lumbar crónico” [1]. También encontraron que el calor profundo era más efectivo que el calor superficial para el tratamiento de CLBP [1]. De manera similar, un estudio realizado por Zati et al. determinaron que la terapia de calentamiento profundo, a través de diatermia de ondas de frecuencia media (450-1000 KHz), parece ser eficaz en pacientes con CLBP inespecífica y, por lo tanto, sugirió que podría ser una adición positiva al régimen terapéutico de un paciente. 

La investigación realizada por Andrade et al. con el objetivo de observar la eficacia de la diatermia por microondas en pacientes que presentan dolor de cuello inespecífico. A pesar de la creciente popularidad de la diatermia por microondas, su estudio sugiere que “no proporciona ningún beneficio adicional a un régimen de tratamiento del dolor de cuello crónico que ya incluye otros enfoques de tratamiento (por ejemplo, ejercicio, TENS)” [2]. Si bien, al igual que otros, agregan que se necesita más investigación para comprender mejor la eficacia y los beneficios del tratamiento con diatermia como una modalidad independiente [2,4], la mayoría de los estudios parecen sugerir que podría ser un complemento útil para la atención quiropráctica. 

Referencias 

1.  Ahmed, M. S., Shakoor, M. A., et al. (2009). Evaluation of the Effects of Shortwave Diathermy in Patients with Chronic Low Back Pain. Bangladesh Medical Research Council Bulletin, 35(1), 18–20. DOI: 10.3329/bmrcb.v35i1.2320 

2. Andrade Ortega, J. A., Cerón Fernández, E., et al. (2014). Microwave Diathermy for Treating Nonspecific Chronic Neck Pain: A Randomized Controlled Trial. The Spine Journal, 14(8), 1712–1721. DOI: 10.1016/j.spinee.2013.10.025 

3. Durmus, D., Ulus, Y. et al. (2014). Does Microwave Diathermy Have an Effect on Clinical Parameters in Chronic Low Back Pain? A Randomized Controlled Trial. Journal of Back & Musculoskeletal Rehabilitation, 27(4), 435–443. DOI: 10.3233/BMR-140464 

4. Giorgi, AnnaA. “Diathermy.” Healthline. (2017). www.healthline.com/health/diathermy 

5. Wu, C.-L., Yu, K.-L., et al. (2009). The Application of Infrared Thermography in the Assessment of Patients with Coccygodynia Before and After Manual Therapy Combined with Diathermy. Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, 32(4), 287–293. DOI: 10.1016/j.jmpt.2009.03.002 

6. Zati, A., Cavazzuti, L., et al. (2018). Deep Heating Therapy via MF Radio waves v. Superficial Heating Therapy in the Treatment of Nonspecific Chronic Low Back Pain: A Double-Blind Randomized Trial. Journal of Back & Musculoskeletal Rehabilitation, 31(5), 963–971. DOI: 10.3233/BMR-170944