Las toxinas son sustancias producidas por los organismos vivos que son perjudiciales para el ser humano. Por ejemplo, algunas toxinas naturales suelen formar parte de los mecanismos de defensa de las plantas y, por tanto, pueden encontrarse en los alimentos. Los alimentos también pueden contener toxinas por contener moho o microorganismos productores de toxinas [1]. Otras toxinas pueden proceder de bacterias; las manifestaciones clínicas del cólera, por ejemplo, son el resultado de una toxina producida por la bacteria del cólera [2]. De hecho, muchas personas consumen alcohol, una toxina, por efectos relacionados con su toxicidad. Afortunadamente, el cuerpo humano cuenta con una serie de procesos naturales de desintoxicación que ayudan a proteger la salud.
Los términos «toxinas» y «tóxicos», que son los equivalentes sintéticos de las toxinas, se utilizan a veces indistintamente. Los tóxicos pueden incluir productos químicos ambientales o medicamentos que son venenosos en grandes cantidades. Estos últimos incluyen, entre otros, el plomo, los pesticidas, los retardantes de llama y los bifenilos policlorados.
La desintoxicación corresponde a la eliminación fisiológica de tales toxinas y tóxicos de un organismo vivo, como el cuerpo humano. El hígado y el riñón son capaces de desintoxicar de forma natural, al igual que las proteínas intracelulares, como las enzimas del citocromo (CYP) presentes en las mitocondrias o el retículo endoplásmico.
El hígado desempeña un papel fundamental en la protección de nuestro organismo frente a sustancias químicas potencialmente tóxicas, ya que convierte los elementos lipofílicos en metabolitos más hidrosolubles que pueden eliminarse a través de la orina. La especificidad de los sustratos, la abundancia de isoenzimas y la capacidad de estos sistemas enzimáticos presentes en el hígado los hacen idóneos para metabolizar los numerosos tipos de sustancias a las que estamos expuestos [3].
Los riñones, por su parte, se encargan de filtrar la sangre y eliminar los desechos, el ácido y el líquido sobrante del cuerpo. Son clave para mantener un equilibrio saludable de agua, sales y minerales. Sin embargo, requieren hábitos saludables para funcionar a su máxima capacidad: Beber mucha agua y consumir alimentos que favorezcan los riñones (verduras, cereales integrales, pescado y frutas) ayudan a la desintoxicación renal [4].
Las enzimas CYP de los mamíferos pueden oxidar tanto los xenobióticos como los compuestos endógenos, y son clave para desintoxicar las sustancias extrañas, así como para controlar el equilibrio hormonal, el metabolismo de la vitamina D y la síntesis del colesterol. Estas enzimas son responsables de metabolizar una gran variedad de sustancias clínica, fisiológica y toxicológicamente importantes [5].
Sin embargo, no se ha demostrado de forma concluyente que el sudor tenga un claro efecto desintoxicante en el organismo. Los seres humanos sudan principalmente para refrescarse y no para excretar sustancias tóxicas. Dado que muchos contaminantes orgánicos persistentes son lipofílicos, no se disuelven en el sudor, que está formado principalmente por agua. Incluso cuando se suda una cierta cantidad de
contaminantes ambientales, los volúmenes son minúsculos [6]. Sin embargo, dada su mayor hidrofilia, ciertas cantidades de metales pesados y plásticos (como el bisfenol A) se disuelven y se excretan junto con el sudor en cierta medida.
Para maximizar los procesos naturales de desintoxicación del cuerpo son fundamentales algunos hábitos clave [7]. En primer lugar, hay que dejar de fumar y minimizar el consumo de alcohol, ya que ambos añaden toxinas al organismo. Además, hay que mantenerse hidratado, seguir una dieta rica en nutrientes [8] y dormir lo suficiente para que los procesos de desintoxicación funcionen de forma óptima. Por último, mantener una excelente calidad del aire interior es fundamental para minimizar la exposición a cualquier toxina ambiental. Impulsar los procesos de desintoxicación naturales del propio cuerpo es fundamental para garantizar la máxima salud y bienestar, y puede hacerse con pequeños cambios de comportamiento.
Referencias
1. Natural toxins in food. Available at: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/natural-toxins-in-food.
2. Toxins: MedlinePlus Medical Encyclopedia. Available at: https://medlineplus.gov/ency/article/002331.htm.
3. Grant, D. M. Detoxification pathways in the liver. J. Inherit. Metab. Dis. (1991). doi:10.1007/BF01797915
4. Kidney Detox: Is It Necessary & How To Do It Safely | mindbodygreen. Available at: https://www.mindbodygreen.com/articles/how-to-do-a-kidney-detox.
5. Esteves, F., Rueff, J. & Kranendonk, M. The Central Role of Cytochrome P450 in Xenobiotic Metabolism—A Brief Review on a Fascinating Enzyme Family. J. Xenobiotics (2021). doi:10.3390/jox11030007
6. Imbeault, P., Ravanelli, N. & Chevrier, J. Can POPs be substantially popped out through sweat? Environment International (2018). doi:10.1016/j.envint.2017.11.023
7. Full body detox: How to help the body detox at home. Available at: https://www.medicalnewstoday.com/articles/full-body-detox#contacting-a-doctor.
8. Klein, A. V. & Kiat, H. Detox diets for toxin elimination and weight management: A critical review of the evidence. J. Hum. Nutr. Diet. 28, 675–686 (2015). doi: 10.1111/jhn.12286