Prediabetes: Diagnóstico, Dieta y Ejercicio

La prediabetes se define como una condición de alto riesgo de desarrollar diabetes. Los niveles de azúcar en sangre del paciente son más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para clasificar a un paciente como diabético. La prevalencia de la prediabetes está aumentando y supone un grave problema de salud pública. Sin embargo, la prediabetes es reversible, y un diagnóstico y manejo adecuados pueden retrasar o prevenir la aparición de la diabetes (Mainous et al., 2016). El 11,3% de la población adulta estadounidense tiene diabetes, y el 38% de la población adulta estadounidense tiene prediabetes («National Diabetes Statistics Report», 2022). Aunque los medicamentos también desempeñan un papel, el tratamiento de primera línea de la prediabetes incluye principalmente modificaciones del estilo de vida, como la dieta y el ejercicio.

El diagnóstico de la prediabetes suele producirse durante las pruebas de detección de la diabetes. Algunos pacientes con prediabetes pueden experimentar síntomas, pero no todos lo harán. Los pacientes con prediabetes deben someterse a pruebas de diabetes mellitus de tipo 2 cada uno o dos años («Mitos sobre la diabetes», 2022). Las pruebas consisten en una prueba de tolerancia a la glucosa oral de 2 horas que demuestra una alteración de la glucosa en ayunas y/o una alteración de la tolerancia a la glucosa. El deterioro de la glucosa en ayunas se define generalmente como una glucosa plasmática en ayunas entre 100,8-124,2 mg/dL, y el deterioro de la tolerancia a la glucosa se define como valores de glucosa plasmática que oscilan entre 140,4-198,0 mg/dL. La HbA1c, conocida como hemoglobina glucosilada, dentro del rango del 5,7% al 6,4% también puede utilizarse para identificar a los individuos con prediabetes (Mainous et al., 2016).

Las pautas actuales de la Asociación Estadounidense de Diabetes establecen que un plan de alimentación saludable para alguien con diabetes es el mismo plan de alimentación saludable para cualquier persona. Esto significa incluir alimentos nutritivos como vegetales sin almidón, limitar los azúcares agregados y priorizar los alimentos integrales cuando sea posible («Mitos sobre la diabetes», 2022). Reducir la ingesta calórica puede conducir a una mejora en el control glucémico, aunque no necesariamente se asocia con la pérdida de peso (Sénéchal et al., 2014). Durante un ensayo controlado aleatorizado con 34 participantes con diabetes/prediabetes, los investigadores descubrieron que una dieta baja en carbohidratos era más eficaz para reducir los valores de HbA1c a los tres meses en comparación con una dieta moderada en carbohidratos (Saslow et al., 2014). Los pacientes con prediabetes/diabetes no necesitan evitar por completo los carbohidratos, pero los alimentos con almidón y altos en carbohidratos aumentarán el nivel de azúcar en la sangre. Una preocupación es que una dieta baja en carbohidratos da como resultado una mayor proporción de calorías provenientes de grasas, lo que también puede ser motivo de preocupación, pero los investigadores no encontraron elevaciones significativas en LDL con esta dieta (Saslow et al., 2014). La investigación continua debe apuntar a comprender cómo la modificación de otros macronutrientes y micronutrientes afecta los niveles de azúcar en la sangre (Sénéchal et al., 2014).

Las intervenciones de ejercicio también son esenciales para controlar la prediabetes. Se sabe que el ejercicio aeróbico tiene efectos transitorios sobre el metabolismo de la glucosa posprandial y la sensibilidad a la insulina del músculo esquelético (Rynders et al., 2014). En general, se recomienda una combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia para el control de la prediabetes (Sénéchal et al., 2014). Un

estudio encontró que, aunque el ejercicio de intensidad moderada y el ejercicio de alta intensidad no tuvieron diferencias significativas en la mejora de la sensibilidad a la insulina posprandial, el ejercicio de intervalos de alta intensidad puede tener mayores efectos posprandiales en comparación con el ejercicio moderado (Rynders et al., 2014). Se requiere más investigación para investigar el efecto independiente del ejercicio sobre el control glucémico en personas con prediabetes y comprender cómo optimizar los efectos del ejercicio (Sénéchal et al., 2014).

En última instancia, aunque en general se sabe que las intervenciones dietéticas y de ejercicio tienen un efecto significativo sobre la prediabetes, la investigación adicional debe centrarse en comprender los efectos independientes de la dieta y el ejercicio en las personas con prediabetes. Actualmente, la mayoría de los pacientes con prediabetes no reciben la atención adecuada en el manejo de su condición (Mainous et al., 2016). Los proveedores de atención primaria tienen un papel importante que desempeñar en la prevención de la prediabetes/diabetes, y deben estar equipados con los conocimientos y habilidades adecuados para asesorar a los pacientes.

Referencias

Mainous AG 3rd, Tanner RJ, Baker R. Prediabetes Diagnosis and Treatment in Primary Care. J Am Board Fam Med. 2016;29(2):283-285. doi:10.3122/jabfm.2016.02.150252

Myths about Diabetes. American Diabetes Association. https://www.diabetes.org/tools-support/diabetes-prevention.

National Diabetes Statistics Report. Centers for Disease Control and Prevention. https://www.cdc.gov/diabetes/data/statistics-report/index.html.

Rynders CA, Weltman JY, Jiang B, et al. Effects of exercise intensity on postprandial improvement in glucose disposal and insulin sensitivity in prediabetic adults. J Clin Endocrinol Metab. 2014;99(1):220-228. doi:10.1210/jc.2013-2687

Saslow LR, Kim S, Daubenmier JJ, et al. A randomized pilot trial of a moderate carbohydrate diet compared to a very low carbohydrate diet in overweight or obese individuals with type 2 diabetes mellitus or prediabetes. PLoS One. 2014;9(4):e91027. Published 2014 Apr 9. doi:10.1371/journal.pone.0091027

Sénéchal M, Slaght J, Bharti N, Bouchard DR. Independent and combined effect of diet and exercise in adults with prediabetes. Diabetes Metab Syndr Obes. 2014;7:521-529. Published 2014 Oct 31. doi:10.2147/DMSO.S62367